Si contaminas, ¿quién lo paga?: Las implicaciones morales del cambio climático

Breve descripción:

Esta actividad es adecuada para la asignatura de Biología y Geología en 4º ESO.

«Si contaminas, ¿quién lo paga?» estimular en los alumnos la reflexión sobre nuestra responsabilidad ética y moral en el cambio climático, para transformarla en posibilidades concretas de acción.

Ante lo que puede parecer un problema de tal magnitud y complejidad que la acción individual o local se perciba como inútil e irrelevante, se defiende la responsabilidad proporcional de todos y todas.

Objetivos

  • Desvelar y analizar las implicaciones éticas y morales del cambio climático.
  • Desarrollar un pensamiento crítico sobre las responsabilidades desiguales de las diferentes sociedades respecto a la problemática del cambio climático.
  • Relacionar el cambio climático con el respeto a los derechos humanos.
  • Desarrollar habilidades democráticas de diálogo, negociación y búsqueda de consenso, basadas en el respeto y toma en consideración de diferentes puntos de vista.
  • Reflexionar sobre las ventajas de patrones de relación cooperativos frente a los competitivos.

Procedimiento

La actividad parte de la situación de dos pueblos cercanos que comparten un lago, de manera que las actuaciones de uno de los pueblos modifican las condiciones del ecosistema, poniéndolo en peligro.

Sin embargo, ambos pueblos no comparten los mismos niveles de responsabilidad en la amenaza ni sufren las mismas repercusiones en su calidad de vida.

El relato incluye diferentes personajes, individuales y colectivos: la alcaldesa de Villar de Arriba, el alcalde de Villar de Abajo, Rogelio (dueño de la central térmica), Paco (dueño del pozo petrolífero), habitantes de Villar de Arriba, habitantes de Villar de Abajo, seres vivos del lago, sociedad científica y generaciones futuras.

Sesión 1:

Los alumnos se organizan en grupos para analizar el relato Villar de Arriba y Villar de Abajo: pueblos vecinos (ver Anexo) según la siguiente tabla:

En función de una escala de uno a nueve, los grupos deberán clasificar a los diferentes «personajes» del relato teniendo en cuenta dos criterios: su grado de responsabilidad en los problemas y el grado de repercusión que sobre ellos tendrán las consecuencias de los problemas.

Junto a la clasificación y valoración, cada grupo tendrá que explicitar los criterios en los que se fundamenta, intentando desarrollar los argumentos necesarios para, en el siguiente paso, defender ante sus compañeros la coherencia de los mismos.

Seguidamente se establece un debate entre todo el alumnado, en el que cada grupo escoge a una persona que hará una primera presentación de la clasificación que ha elaborado y de los criterios en que se apoya.

Conocidos todos los posicionamientos, y ante la diversidad de clasificaciones que surgirán, todo el grupo deberá intentar llegar a una clasificación única. Lo que interesa en este momento no es alcanzar un resultado correcto, ya que no existe, sino animar en los alumnos un debate sobre la responsabilidad moral de los personajes implicados.

Una vez avanzado el debate, el profesor debe profundizar en la amenaza del cambio climático y el paralelismo que se establece con la situación de estos dos pueblos: Villar de Arriba es el reflejo de los países del Norte y Villar de Abajo de los países del Sur.

El relato ejemplifica como los países del Sur, aun siendo menos responsables de las causas de la degradación del planeta, son los que más sufren sus consecuencias (desertificación, movimientos migratorios, impactos en las economías, etc.).

Sesión 2:

El profesor explica a los alumnos que se va a desarrollar una prueba en la que cada grupo (se mantienen los grupos ya organizados) representa a un barrio de su ciudad y expone también cuales son los requisitos para superar con éxito la prueba:

«Tu ciudad ha decidido reducir sus emisiones de GEI para luchar contra el cambio climático. Para ello ha reservado dinero de los impuestos públicos con el objetivo de que los habitantes mejoren el aislamiento de las viviendas, renueven los apartados de iluminación e instalen en ellas paneles de energía fotovoltaica.
Ante la dificultad para decidir cuál de los barrios (dos, tres o cuatro, según el número de grupos) obtendrá la subvención, se ha acordado distribuirla de modo aleatorio. Para superar la prueba deben llegar al final de la misma todos los integrantes del grupo, ya que esa es la condición que permitirá recibir la subvención. Sin embargo, todos los barrios que consigan superar la prueba, tendrán derecho a recibir la subvención.»

Cada grupo debe elegir un nombre propio para el barrio al que representan, y organizarán el orden de intervención de sus integrantes en la competición.

La prueba consiste en varias rondas en las que irán participando los miembros de los diferentes grupos. En las sucesivas rondas saldrá un integrante de cada grupo y escribirá en un papel el nombre de su barrio y un número del uno al diez sin mostrarlo al resto de los grupos o al profesor. Los grupos podrán acordar qué número es el más conveniente en cada ronda.

El profesor dirá al azar un número del uno al diez, y se salvará de quedar eliminada la persona que más se acerque a esa cifra. En caso de que varios coincidan en la cifra que más se acerca, ninguno quedará eliminado.

Lo más probable es que esta prueba realizada con la intención de conseguir dinero público sea percibida por el alumnado como un ejercicio competitivo. De este modo, en unos casos se acercarán más a la cifra indicada los de un equipo y en otros los de otro, por lo que ninguno superará la prueba y accederá a la inversión.

El profesor dará una segunda oportunidad a los participantes para superar el requisito: llegar al final de la prueba todos los integrantes del grupo o, en este caso, los representantes del barrio.

Para ello, les indicará que les da un tiempo de reflexión para que establezcan una estrategia. Caben dos posibilidades:

  • Que continúen con el rol competitivo y su estrategia se base en suposiciones sobre los números que suele decir el profesor.
  • Que caigan en la cuenta de que, llegando a un consenso con los otros barrios sobre qué número decir, la cifra indicada será siempre la misma, por lo que ninguno quedará eliminado y todos los barrios se repartirán el dinero para realizar las mejoras en ahorro y fomento de la producción autónoma de energía.

La segunda posibilidad es la deseada, pero, de no producirse, se continuará con el desarrollo de la dinámica.

Una vez lleguen al mismo resultado (haber perdido a alguno de sus integrantes y por lo tanto no superar la prueba), se volverá a dar un tiempo para idear una nueva estrategia.

Si no se aprecia que vaya a surgir un patrón de cooperación, el profesor puede hacer alusión al hecho de que todos los grupos desean y necesitan lo mismo, estimulando que se organicen cooperativamente para alcanzarlo.

Al finalizar, se abre un espacio de diálogo, en el que reflexionar sobre lo interiorizadas que tenemos las actitudes competitivas y de búsqueda egoísta del beneficio sin tener en cuenta al otro.

Así mismo, este ejercicio permite visualizar como cuando las personas y los grupos cooperan y se organizan, pueden conseguir sus objetivos mejor que mediante relaciones competitivas.

Es interesante trabajar el hecho de que, aunque algún grupo hubiese conseguido ganar por haber dicho siempre una cifra más aproximada (ya que puede darse el caso), eso no sería una situación más deseable que la que se ha conseguido mediante la cooperación. Solo habrían ganado unos pocos habitantes de un único barrio, y eso no es una opción positiva frente a la posibilidad de que todos alcancen sus objetivos.

Temporalización

Esta actividad está diseñada para ser desarrollada en 2 sesiones de 55 minutos.

Evaluación

Se propone realizar una evaluación conjunta de ambas fases de la actividad.

Los alumnos deben responder a diferentes preguntas: ¿qué os ha parecido? ¿Os ha sorprendido algo? ¿Qué relación creéis que existe entre la primera dinámica y la segunda? ¿Qué diferencias existen entre las acciones de tipo competitivo y las cooperativas?

Si interesa profundizar más en la evaluación, se puede optar por pedir a los grupos que elaboren una lista con posibles soluciones a la problemática socio-ambiental de Villar de Arriba y Villar de Abajo, teniendo en cuenta alternativas de tipo cooperativo.

Fuente y contacto

Esta actividad ha sido diseñada por María Barba Núñez de la Universidade de Santiago de Compostela y publicada en Conoce y valora el cambio climático: Propuestas para trabajar en grupo por la Fundación MAPFRE.

Recurso aportado por Raquel Antón Revuelta.

Anexos

Un comentario en «Si contaminas, ¿quién lo paga?: Las implicaciones morales del cambio climático»

  1. Hola, Raquel. Me echo al saco este recurso por si lo utilizo con mis chavales de 4º ESO, claro que también tengo el de la isla de Moja, los viajeros del Tiempo… no voy a tener suficiente vida para utilizar todos tus recursos. Gracias por compartirlos con nosotros.
    Saludos.

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